En la boda de Alexandra y Marc, el día 1 de Julio de 2017, tenía que llover. Pero creedme que no me preocupaba en absoluto. En un sitio tan impresionante como Mas Can Ferrer, importa poco el tiempo que haga, el paisaje va a ser precioso por mucho que llueva, nieve, haga frío o calor! Y sabéis qué? Pues que finalmente no llovió, porque se lo merecían, porque son una pareja extraordinaria que preparó su día con tanto amor que nada podía salir mal. Me encantó poder trabajar rodeada de naturaleza y aire puro. Solo se respiraba felicidad! Y también tranquilidad, cosa que se agradece mucho en un día donde suelen dominar los nervios. Y no pudo faltar el ingrediente que más me gusta en las bodas, la música en directo. Ese día fui muy feliz, y los novios y sus invitados aún más claro!